Autodefensa. Una filosofía de la violencia
En 1685, el Código Negro prohibió a los "esclavos llevar cualquier arma ofensiva o palos grandes" bajo la pena de ser azotados públicamente. En el siglo XIX, en Argelia, el estado colonial prohibió portar armas a los nativos, mientras a los colonos les otorgaba el derecho a armarse. Hoy en día, las vidas de algunas personas valen tan poco que un adolescente negro puede ser tiroteado por la espalda bajo el pretexto de que suponía "una amenaza”.
Históricamente, una línea invisible divide el mundo en dos: los cuerpos "dignos de ser defendidos" y aquellos que, desarmados, quedan indefensos. Un "desarme" organizado que plantea directamente la cuestión del recurso a la defensa propia a cualquier movimiento de liberación. Desde la resistencia de los esclavos hasta las clases de jiu-jitsu que tomaron las sufragistas, pasando por el levantamiento del ghetto de Varsovia, los Panteras Negras o las patrullas queer, Elsa Dorlin traza, magistralmente y sin dejar de lado las contradicciones de cada caso, una genealogía de las prácticas autodefensivas. Una historia de violencia que arroja luz sobre la condición de nuestros cuerpos y sobre las políticas de seguridad contemporáneas, e implica una relectura crítica de la filosofía política, desde posiciones feministas, donde Hobbes y Locke se codean con Frantz Fanon, Michel Foucault, Malcolm X, June Jordan o Judith Butler.
“Autodefensa es uno de esos libros que te acompañan toda la vida” (Abdourahman Waberi, Le Monde).
“Un ensayo magistral en el que la filósofa Elsa Dorlin cuestiona las formas históricas y el significado político de la violencia defensiva: una práctica de resistencia al orden social que domina a los cuerpos minoritarios e indefendibles. Una violencia que apuesta únicamente por la vida misma” (Jean-Marie Durand, The Inrocks).
“Una verdadera genealogía de la autodefensa, bien documentada y argumentada. [...]. La violencia que le interesa a Elsa Dorlin es la de lxs ‘subordinadxs’, más enterrada, la de quienes no tienen un ‘cuerpo limpio’. ‘Cuerpos indignos de defender’ para los que la violencia física es ante todo una necesidad vital. El cuerpo, la voz, las armas si es necesario, para preservar su vida y recuperar su poder de acción” (Philosophie Magazine).
“Autodefensa nos sugiere una lectura eminentemente política de las relaciones con la violencia, vista esta como un problema existencial entre los dominantes y los dominados (hombres y mujeres) a ambos lados del Atlántico, particularmente desde el siglo XVII. Desde un punto de vista interseccional [...], Elsa Dorlin nos ofrece un ensayo dedicado a la resistencia a las formas de dominación y su brutalidad” (Fanny Bugnon, La vie des idées).
“Los libros, al menos los que importan, no ocurren por casualidad. Llegan una buena mañana, y es como si tomaran la medida perfecta de los tiempos. De lo que hoy está en juego. Libros preciosos porque están en el estrecho filo del momento: cuentan el desequilibrio del mundo al tiempo que dan claves para no caer en él. Autodefensa es uno de esos libros raros. Lo firma la académica Elsa Dorlin, […] de una manera ligera y combativa. Dando claves para recuperar nuestra fuerza colectiva y acabar con la sensación de impotencia generalizada” (Jean-Baptiste Bernard, CQFD).
"Elsa Dorlin ha demostrado que la historia de la contra-violencia feminista es rica en inventos de tácticas y estrategias, todas muy alejadas de la imitación o emulación de la violencia patriarcal" (Norman Ajari)