Desencajada
«Mi pasado había quedado borrado a nivel legal. Yo no tenía partida de nacimiento. De la persona que nació en Ucrania solo quedaban los rastros esparcidos en mi propia memoria, hechos jirones. Toda mi vida hasta ahora se había disuelto como un terrón de azúcar en el té. Legalmente, hasta hace dos semanas, yo no existía. Y todo lo que recordaba de mí misma podría no haber existido tampoco».
La historia de Daria Kovalenko Petrova -nacida en Ucrania en 1992 pero pronto trasladada a España- se constituye como un punto de fuga al cual va a parar el relato de una ruptura amorosa en la edad de Instagram, la reconstrucción de un relato familiar marcado por la migración, las dificultades económicas y el testimonio de una generación que ha asumido sus condiciones materiales como un estado de crisis permanente. Al mismo tiempo, la biografía de nuestro personaje aloja la historia de dos decepciones: la de la Unión Soviética en el siglo XX y la de la sociedad occidental en el siglo XXI.
Influida por la ficción de Zadie Smith, la lírica de Anne Carson o el periodismo de Svetlana Aliexevich, la opera prima de Margaryta Yakovenko sobresale particularmente por su capacidad de enredar una historia subjetiva en un complejo tejido sociopolítico, y por la singular naturaleza de su narradora: cautivadora tanto por su fragilidad como por su contundencia.