Una teoría feminista de la violencia
Por una política antirracista de la protección
El lenguaje oficial sobre la igualdad de género es un repertorio de violencia: acoso, violación, abuso, feminicidio. Estas palabras designan una cruel realidad, pero ¿no ocultan otra realidad, la de la violencia cometida con la complicidad del Estado?
En este libro, Françoise Vergès denuncia el giro de la seguridad en la lucha contra el sexismo. Al centrarse en los «hombres violentos», no se cuestionan las fuentes de esta violencia. No hay duda, el capitalismo racial, el populismo ultraconservador, el aplastamiento del Sur por las guerras y el saqueo imperialista, los millones de exiliados o la escalada carcelaria ponen las masculinidades al servicio de una política de muerte. Vergès nos insta a rechazar la obsesión punitiva del Estado en favor de la justicia reparadora.
Una comprensión decolonial y feminista de la violencia nunca ha sido tan obligatoria como hoy para imaginar futuros de liberación.
«En este contundente desafío decolonial al feminismo carcelario, Francoise Vergès aclara por qué es necesario un enfoque estructural de la violencia. Si queremos entender cómo el capitalismo racial está vinculado a la proliferación de la violencia íntima y estatal dirigida a las mujeres y a las personas que no se ajustan al género no debemos dejar de leer este oportuno análisis». —Angela Y. Davis (University of California).
«Françoise Vergès ofrece una impresionante reflexión sobre la banalización de la agresión. Violencia sexista, sexual y racial. Más que una realidad: un sistema». Clément Arbrun, Terrafemina
«La escritura incandescente de Vergès arroja luz sobre las desigualdades globales, los brutales sistemas carcelarios, la militarización sin límites y las ideologías punitivas que dan forma a las intimidades violentas». —Laleh Khalili (Queen Mary University of London)
«Una llamada a unirse a la urgente labor feminista decolonial de repensar las prácticas de la (llamada) protección fuera de las lógicas de la violencia. Tenemos la capacidad, insiste Vergès, de promulgar una sociedad posviolenta, de hacer realidad otro mundo». —Christina Sharpe (York University).
«Una hoja de ruta de imaginarios emancipatorios radicales para dar forma a un cambio social y político urgente. Los argumentos de Vergès surgen de la base, de la experiencia vivida de la disidencia, la acción y la movilización contra las heridas y los daños infligidos por el capitalismo extractivo en todo el mundo». —Rasha Salti (comisaria de arte y cine)
Françoise Vergès es una feminista francesa, profesora en el Goldsmiths College de Londres y presidenta del Comité para la memoria y la historia de la esclavitud, así como de la asociación "Décoloniser les arts". Es autora de varios libros y artículos en francés e inglés sobre la esclavitud colonial, el feminismo, la reparación y el racismo. Françoise creció en la Isla de la Reunión y ha vivido en Argelia, Francia, Estados Unidos e Inglaterra. Participó en el primer movimiento francés de liberación de la mujer, donde organizó campañas de solidaridad con las mujeres torturadas o encarceladas por las dictaduras. Vivir en diferentes países, hablar diferentes idiomas y luchar por la justicia social es para Vergès una forma de vida. De 2003 a 2010, como directora del equipo científico y cultural de un futuro museo, La Maison des Civilisations et de l'Unité Réunionnaise, introdujo un programa de formación para jóvenes y una metodología innovadora. Propuso construir un "museo sin objetos" vivo y organizó un amplio programa de trabajo comunitario en torno al proyecto. La validación de las prácticas vernáculas, de los conocimientos "desde abajo" que han sido marginados e ignorados eran objetivos importantes. El proyecto se inscribió en el debate de los museos de todo el mundo en torno a la cultura inmaterial y las cartografías alternativas. El proyecto fue detenido en 2010 por la mayoría conservadora elegida. Como presidenta del Comité pour la Mémoire et l'Histoire de l¹Esclavage –Comité para la Memoria y la Historia de la Esclavitud, un comité instalado por el gobierno francés tras la adopción de la ley de 2001 que declaraba la trata de esclavos y la esclavitud como "crímenes contra la humanidad"– continuó trabajando en un mejor conocimiento de cuatro siglos de tráfico de seres humanos y sus complejos y múltiples patrimonios. En 2011, con motivo del décimo aniversario de la ley, ha renovado la propuesta de construir en París un Memorial de la trata de esclavos y de todas las formas de esclavitud, un espacio de debate e intercambio sobre la economía de la depredación, la fabricación de personas desechables y su resistencia.