irresponsable, El
¿Qué es El irresponsable? ¿Un ensayo? ¿Una obra de narrativa? ¿Un tratado de filosofía? ¿Una propuesta poética? No sabríamos decirlo, aunque tiene mucho de todo eso.
Pedro García Olivo se subleva contra la forma “moderna” de enseñanza, contra los educadores “progresistas”, contra los inconfesables propósitos políticos de todo Reformismo Pedagógico. Puebla su libro de imágenes, de metáforas, de alegorías; lo tiñe de poesía y de tragedia; se rodea del discurso de los demás, se deja acompañar por las voces de sus queridos inspiradores, poetas románticos y escritores malditos en primera línea (Rimbaud, Baudelaire, Blake, De Quincey, Wilde, Artaud, Genet, los presos de Fontevrault, etc.; aunque también Nietzsche, Van Gogh, Kropotkin, Bakunin, Bataille, Brecht, Lawrence, Godard y tantos otros); convierte cada capítulo en un viaje por tierras desconocidas, pero un viaje realizado por el placer del trayecto, del recorrido, y no bajo la exigencia de llegar con prontitud a un punto determinado; y propone, al fin, casi lo inadmisible, lo intolerable, lo monstruoso, algo que tiene que ver con la locura, con el terror, con el arte: una práctica rigurosamente criminal de la docencia, encaminada a la consecución de la Expulsión. “La policía de la Enseñanza —nos dice— no ha sido diseñada para manejar el hacha, sino para administrar los sobornos. No tiene por objeto aniquilar la sedición tanto como someterla a reglas segundas y convertir la desobediencia interna en factor de reproducción del Orden de la Escuela.
Leer El irresponsable es una aventura desconcertante. Sus tesis, irremediablemente polémicas, pueden abrir heridas a un flanco y a otro de la Opresión, entre los adoradores del Sistema, pero también entre sus críticos. La linterna sorda devuelve las alas de la imprenta a un bonito libro diabólico.