(Traducción)

La línea que traza Shariati en los siguientes discursos es entre dos religiones, una "religión de la revolución" y una "religión de la legitimación". La diferencia entre ambas es tajante: la primera es una religión que trabaja para superar las diferencias de clase y de estatus económico, mientras que la segunda es una religión que legitima y perpetúa tales diferencias. A diferencia de algunos socialistas que trazan la línea divisoria entre la religión, como defensora de las divisiones de clase, y la no religión, que supera esas divisiones, él sitúa la línea divisoria dentro de la propia religión. Desde su punto de vista, no es la religión en sí lo que hay que rechazar como "opio del pueblo", sino sólo un tipo de religión, la "religión de la legitimación", mientras que la verdadera religión permanece incólume.

La designación de Shariati como "sociólogo" resultará desconcertante para los lectores estadounidenses, acostumbrados a una ciencia académica de la sociología que pretende ser descriptiva y no ideológica. Ciertamente, uno busca en sus páginas en vano los gráficos de correlaciones estadísticas que caracterizan a la sociología estadounidense. Su vida, además, muestra tanto activismo político como distanciamiento académico. Nacido en 1933, se unió pronto al "Movimiento Socialista de los Creyentes en Dios" y en los años 50 ya participaba activamente en el movimiento por la nacionalización de la industria petrolera iraní. Cuando se licenció en francés y persa en 1958 y se marchó a Francia para cursar estudios de posgrado en la Sorbona, su doble misión continuó. Su tesis doctoral (1963) fue la traducción al francés de un texto persa medieval. Durante este mismo periodo, sin embargo, también tradujo al persa a Ernesto "Che" Guevara, Jean Paul Sartre y Franz Fanon, y colaboró en la fundación del Movimiento por la Libertad de Irán, en el Extranjero. A su regreso a Irán en 1964 fue encarcelado durante seis meses. A partir de entonces ocupó diversos puestos docentes hasta que fue enviado a la jubilación forzosa en 1969. En 1972 fue detenido por sus actividades, y no fue puesto en libertad hasta que un clamor internacional obligó al gobierno a concederle la libertad en 1975. Durante los dos años siguientes estuvo bajo arresto domiciliario. En 1977 se marchó de Irán a Inglaterra, donde murió en circunstancias misteriosas en casa de un pariente. Evidentemente, no era la vida típica de un profesor de sociología.