Editoriales Cartoneras | Ocupar el libro
El domingo pasado las editoriales cartoneras Pensaré Cartoneras y La Verónica Cartonera abrieron un diálogo sobre la praxis en torno al libro y su edición en cartón en la librería Calders (Barcelona). Las editoriales cartoneras surgen en un contexto y momento específico en América Latina. A partir de ello, todo ha sido devenir. Partiendo de esa conversación situada en el mundo del cartón y la letra, se ha entrado una y otra vez a preguntas que abordan cuestiones fundamentales como las formas de hacer con otras; de crear pensamiento colectivo, de recoger conocimiento/saberes útiles a la vida y de estar sensibles al contexto y al tiempo de vida que cada libro contiene.
Aquí sólo algunos apuntes de ese diálogo cartonero:
Democratizar el libro | Desacralizar la idea de escribir un libro. Escribir y editar un libro a mano de cualquiera. El cartón acerca esa posibilidad desde la autogestión de la edición, posibilita los procesos de creación del libro tanto por el coste como la posibilidad de ir redefiniéndolo. Y también que un libro puede componerse de conocimiento que ya existe y cumplir esas funciones estibadoras de recoger, combinar, poner en diálogo textos que ya existen en otros formatos incluso.
Producir en cartón | El hacer un libro en cartón es a la vez una especie de recordatorio de la cuestión del 'límite', te constata en el propio hacer la cuestión de hasta dónde llega en ese momento el proyecto y, a la vez, la necesidad de ese hacer en colectivo porque necesitas para llevarlo adelante de otras manos.
Organización colectiva | la imagen de que por momentos el proyecto colectivo se expande y somos muchas haciendo y por momentos vuelve a una otra medida. Esta amplificación y retorno, te va dando en el propio proceso la dimensión del momento en que está el proyecto.
Desde dónde | Hacer desde los márgenes, o también desde el lindar, una ambivalencia que te permite reformular sobre la marcha, cambiar formatos, textos, redefinir, llevar y traer. Y en un sentido amplio el margen como un lugar político desde el cual hablas.
Distribución del libro cartonero | También aquí hay una afectividad al libro, conocer a dónde va, en qué espacios está, un afecto, la distribución directa con las librerías desde las propias editoriales cartoneras genera un tipo de cercanía y sensibilidad hacia el libro. A veces este formato no encaja en las librerías por cuestión de standard, por ello también la apuesta de crear esa red de librerías donde se acoja la edición cartonera.
Tallerear el libro | El tallerear quiere desplazar la idea solamente de presentación de un libro como algo externo al propio momento de conversación con el libro. En lugar de presentar el libro, se tallerea. La posibilidad que cuando se arme una actividad en torno al libro su contenido se modifique, se amplifique, se generen nuevas lecturas del contenido, coja nuevas miradas a partir del proceso de discusión, escucha no sólo de la que asiste sino también de quienes han generado el libro. El formato taller genera una sensibilidad a ese contexto y a esa posibilidad de reconfiguración constante.
El contexto del libro | El libro también tiene una vida. Hay libros que no se reeditan y otros que van siendo útiles en diversos lugares. En ese sentido el cartón te permite seguir de cerca ese tiempo, esas discusiones que pueden o no seguir vivas y te permite ir tanteando su posibilidad, desarrollar una sensibilidad con el sentido del libro a partir del contexto.
En todos estos procesos de creación del libro cartonero resuena la pregunta del cómo hacer, la pregunta sobre las formas de hacer colectivas porque en ello se juega la posibilidad del vínculo y su potencia a través del libro.
NOTAS: alxu padín