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Estimada vida

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Ressenya

Cada nou llibre d´Alice Munro és un esdeveniment i una sorpresa. En aquest que acaba de publicar, l´escriptora adverteix: "Les quatre peces finals d´aquest llibre no són ben bé contes. Formen una unitat a part, autobiogràfica, en el fons, per bé que no sempre del tot fidel als fets. Em penso que són les primeres i les darreres paraules -i les més íntimes- que he de dir sobre la meva vida". ¿I les altres peces? Les altres avancen de dret cap al misteri contingut en el més petit fragment de qualsevol vida. Cap als corrents irracionals que determinen les accions dels personatges més sensats. Cap a la perplexitat -i l´excitació- que significa formar part de la vida: tot això, Alice Munro ho diu com si fossin "les primeres i les darreres paraules" -les que sospesa, amb tot el seu talent i des d´una maduresa prodigiosa, una de les escriptores gegants de la nostra època.

Flannery O'Connor, Carson McCullers, Eudora Welty, Katherine Ann Porter... Alice Munro encontró su habitación propia en sus lecturas predilectas. Entre su vida de ama de casa y una formación literaria autodidacta, tras el paso por la universidad, que dejó a medias, labró paso a paso, "a la hora de la siesta de mis dos hijas", una obra que recorre un trazo emocional profundo y retrata la vida de interior de personajes en busca de un lugar en el mundo. La franqueza cotidiana de sus personajes, combinada con una complejidad psicológica reservada a los grandes escritores, hace de sus cuentos experiencias únicas, por las que ha sido comparada con el escritor ruso Chéjov. Tras vender varios cuentos a la radio pública canadiense y en otras revistas, un artículo en The Vancouver Sun, el año 1961, reclamaba la atención ante su escritura con un reportaje en el que aparecía una frase legendaria: "Ama de casa encuentra tiempo para escribir relatos".



La escritura sin vanidad de la autora canadiense reconstruye la tradición del realismo, bebiendo de los grandes nombres de las letras anglosajonas para elaborar un mundo propio, encontrado en una educación de profundidad ética inaudita. Procedente de una familia presbiteriana escocesa emigrada a Canadá, Munro empezó a estudiar Filología Inglesa y Periodismo pero tuvo que dejarlo para casarse y ser ama de casa. Tras un divorcio y un intento de librería a medias con su marido, Munro se consagró a la vida cotidiana y a la escritura, una combinación que da como resultado la regularidad y el tesón. Su vida y su escritura están poblados de personajes humildes, epifanías de realidad forjadas a base de paciencia.



Aunque en el mundo anglosajón venía publicando desde los años sesenta, en España no empezó a conocerse su obra hasta los años 80. A Las lunas de Júpiter (1982, edición original), le siguieron Progreso del amor (1986), Amistad de juventud (1990), Secretos a voces (1994), El amor de una mujer generosa (1998), Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio (2001), Escapada (2004), La vista desde Castle Rock (2008) y la más reciente Demasiada felicidad, en 2009.



"(...)Las coordenadas de su biografía son las mismas que las de su literatura: nacida en 1931, en una zona rural de la provincia de Ontario, conoció de niña la exaltación de la naturaleza y de los espacios abiertos y también las penurias de la Depresión (...). El principio de su vida adulta coincidió con el salto del pasado rural a la prosperidad suburbana y al primer consumismo de los años cincuenta (...).

En la universidad, Munro había empezado a publicar algunos cuentos en revistas y a recibir alguna atención. Su retirada hacia la vida familiar la redujo durante años a un silencio que seguramente tenía mucho de capitulación (...). De esos años en los que se debió de ver a sí misma atrapada por la invisibilidad y la renuncia, encerrada en la vida de conformidad y confort que retrataban las películas -el marido, los hijos, la casa con jardín, los electrodomésticos- procede un tipo de personaje que se repite mucho en las historias de Alice Munro: la mujer que guarda sus sentimientos y sus pasiones para sí, debajo de una superficie apacible, y que de pronto un día se atreve a hacer algo que le provoca remordimiento pero de lo que no se arrepiente, porque sabe que no podría haber actuado de otra manera.


Antonio Muñoz Molina"Huida y vocación", en El País, sábado 6 de agosto de 2005.-

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