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La condición postcolonial

En este sentido Sandro Mezzadra es de importante referencia.

Sandro Mezzadra: La condizione postcoloniale. Storia e politica nel mondo globale (Culture), Ed. Ombre Corte, 2008. 

Sandro Mezzadra y VVAA: Estudios postcoloniales. Ensayos fundamentales., Traficantes de Sueños, 2008.

Se trata de asumir el proyecto de provincialización de Europa, propuesto por Chackrabarty.  Quizás, para poder imaginar hoy una emancipación de la vida de las formas de la explotación capitalista es imprescindible partir del punto que Chackrabarty nos indica: aquella ruptura de toda linealidad de la Historia Moderna que nos habla de la heterogeneidad constitutiva y la fragmentación propia de toda la Modernidad como inicio de una imaginación histórica conceptual y programática de , nuestra posible, libertad postcolonial. No nos engañemos, nunca hubo una historia de emancipación que avanza, sino que, para imaginar nuestro futuro, tenemos que buscar y aprender del cruzarse sobre el cuerpo de la humanidad de las continuas luchas entre emancipación y explotación, entre vida cotidiana y alienación. Y tenemos que buscar vías sensibles, historias vivas todavía en nuestro cotidiano para descubrir Europa ya como una provincia múltiple y heterogénea en un mundo atravesado y en permanente movimiento. 

Dipesh Chakrabarty: Al margen de Europa, Tusquets, 2008.

Crucial en este sentido hablar de aquellas historias que han cruzado Europa. The black Atlantic y Después del Imperio de Paul Gilroy nos ayudan a leer algunas de estas memorias subalternas - las de la memoria esclava y negra - ya imprescindibles para entender cualquier voz que circule por Europa. Como también leer como Miguel Mellino y otros autores han sabido repensar Los condenados de la Tierra (Frantz Fanon, 1961) como un texto vivo para entender y investigar nuestra vida europea y en crisis, hoy (Fanon Postcoloniale, i dannati della terra oggi, Ombre corte).

Paul Gilroy: Después del imperio, Tusquets, 2008. 

Frantz Fanon: Los condenados de la tierra, Txalaparta, 1999.

También es importantísimo, creemos, aprender a construir estas memorias con nuestras manos, nuestros ojos y nuestras voces. Por esto aquí proponemos releer algunos libros clásicos - en concreto Jane Eyre y Robinson Crusoe - Eva y Adan de la modernidad anglosajona- con otros ojos, esperando que desde aquí puedan nuestros ojos ir descubriendo historias escondidas en las muchas novelas que nos cuentan sobre qué es una nación, qué es una identidad, qué es nuestro pueblo o nuestra tierra.

Sandra M. Gilbeert y Susan Gubar: La loca del desván: La escritora y la imaginación literaria del siglo XIX , Cátedra, 1998.

Jean Rhys: Ancho mar de los Sargazos, Debolsillo, 2011.

Los primeros ojos se lo pedimos prestados a las palabras de Sandra M. Gilbeert y Susan Gubar con La loca del desván: La escritora y la imaginación literaria del siglo XIX  que investigan la imaginación literaria y disciplinaria al rededor de Bertha, la mujer creola del Sr. Rochester (enamorado de Jane Eyre). Bertha es la mujer ausente del clásico de Charlotte Bronthë, llegada desde el trópico, donde al parecer enloqueció, cerrada en el ático del Sr. Rochester, y mayor obstáculo para que el sueño de Jane Eyre, de casarse y realizarse como mujer amada y fiel de marido de Bertha, pueda cumplirse. Y tomamos el pulso que nombra y convoca las voces ausentes, en este caso de Bertha, y que coge forma en el libro de Jean Rhys Ancho mar de los Sargazos.

J. M. Coetzee: Foe, De Bolsillo, 2004.

Por el otro lado, una novela de J. M. Coetzee, Foe, que busca escuchar otras voces calladas y olvidadas y nos cuenta otra historia de Viernes. Un Viernes no mudo, sino mutilado de su lengua y su voz por un mercante de esclavos y un Crusoe incapaz de volver a Inglaterra y reintegrase en la disciplina de la metropoli imperial. Esta vez son los ojos de Susan Burton que, de vuelta con Viernes en Gran Bretaña, cuenta la historia al oportunista Daniel Foe (que la borrará de la versión oficial). Susan va buscando a Foe para venderle la historia, fifty-fifty, con la esperanza de poder sobrevivir económicamente en Europa, pero también con la certeza física y emocional de la exclusión y la precariedad que Europa reserva a cada otro que desvele sin hipocresía la falsa apariencia de su homogeneidad.

by @pantxoramas