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Instituciones de lo común

Elinor Ostrom: “El gobierno de los bienes comunes”, Fondo de Cultura Económica, 2011.

La conocida como «tragedia de los comunes», anunciada por Garrett Hardin en 1968 ha sido ampliamente cuestionada por el trabajo de varios autores/as entre los cuales destaca Elinor Ostrom, politóloga y premio Nobel de economía en 2009. Ostrom demuestra a partir de un extensísimo trabajo empírico, como comunidades que gestionan recursos naturales bajo unos principios compartidos consiguen que la gestión de éstos recursos no solamente no tienda a la tragedia, sino que en muchas casos sea más eficaz que la gestión centralizada por una empresa o un organismo público.

Midnight Notes, n. 10 The New Enclosures - 1990.

En 1990, el mismo año en que Ostrom publicaba su Governing the Commons, el colectivo político y editorial Midnight Notes Collective lanza una edición de su revista dedicada totalmente al tema de los comunes. Interpretan el ciclo de luchas que se inicia con la revuelta Zapatista (1994) y que se extiende posteriormente por todo el mundo (el movimiento anti o alter Globalización) como movilizaciones para retomar el control de aquello que estaba siendo privatizado. Lectura clave (junto a la revista electrónica The Commoner) para abordar la política y los fundamentos teóricos de los comunes.

Silvia Federici: Calibán y la bruja, Traficantes de Sueños, 2011.

Calibán y la bruja, es una incursión en la historia de la desposesión de los comunes a través del feminicidio. Aborda la persecución de las mujeres que no querían aceptar su papel servil (cacerías de brujas) y como, en el proceso de acumulación originaria, las mujeres fueron separadas de sus medios de producción, de su cultura, conocimientos y habilidades, en suma desposeídas no solo del control sobre su propio trabajo sino también sobre sus cuerpos. El libro trata dar respuesta desde una perspectiva feminista a algunas preguntas inquietantes ¿Por qué una matanza como la caza de brujas que supuso el asesinato de centenares de miles de mujeres en Europa y América ha merecido tan poco interés por parte de quienes estudian la historia? ¿Qué puede explicar semejante campaña de terror contra las mujeres? ¿Por qué hubo tan poca respuesta por parte de los hombres a esta matanza de mujeres?

Peter Linebaugh: 'El manifiesto de la Carta Magna: comunes y libertades para el pueblo', Traficantes de Sueños, 2013.

Más allá de evaluar si el resultado de la gestión colectiva de recursos comunes es considerado trágico o no, Peter Linebaugh estudiar el papel histórico de este modelo de propiedad para el sustento de las poblaciones y su relación (antagonista) con el capital a lo largo de la historia, situando, a su vez, este vínculo como uno de los campos centrales del conflicto y la resistencia en el capitalismo contemporáneo. El libro cuenta como junto a la Carta Magna, fuente de las protecciones de derechos como el juicio por jurado o la prohibición de la tortura, existía una segunda carta, menos conocida, la Carta de los Bosques, que permitía el acceso a los bosques para satisfacer las necesidades de combustible o alimentación, garantizando el derecho de las personas a la subsistencia y haciendo sostenible la vida en el campo. Como nos recuerda el autor estos antiguos derechos legales del pueblo han sido repetidamente dejados de lado.

David Harvey: Ciudades Rebeldes, Akal, 2013.

En “Ciudades Rebeldes”, David Harvey, recupera antiguos artículos suyos, fundamentales para entender los orígenes y las causas de la actual crisis sistémica situando las practicas de producción de lo común y de derecho a la ciudad como principales herramientas para hacer frente a la lógica neoliberal de acumulación por desposesión. Invirtiendo la famosa metáfora de la «tragedia de los comunes» de Hardin, Harvey considera la gentrificación como un proceso a través del cual una comunidad se ve desposeída del común que ha producido debido a la actividad de un mercado que por un lado parasita y absorbe sin reconocer la autoría, y por otro degrada y destruye: “quienes crean una vida interesante y estimulante en el barrio día a día, lo pierden a través de las prácticas depredadoras de empresarios inmobiliarios, financieros y consumidores de clase alta carentes de cualquier imaginación social urbana... pero una vez que el mercado ha hecho su trabajo destructivo, no sólo los residentes originales han sido desposeídos de ese común que habían creado, el común en sí mismo llega a ser tan devaluado que es irreconocible...”.

Micahel Hardt y Toni Negri: “Commonwealth, el proyecto de una revolución común”, 2011.

En Commonwealth, el tercer volumen de la trilogía de estos dos teóricos y militantes de la autonomía Marxista Italiana, Hardt y Negri amplían la definición de “lo común” más allá de la riqueza del mundo material que compartimos (el aire, el agua, los frutos de la tierra) para incluir también elementos “artificiales” tales como el conocimiento, los espacios de comunicación o las prácticas culturales, dimensiones fundamentales de la producción y de la cooperación social que se dan en las ciudades. En este sentido, y considerando que la fábrica se extiende a lo largo de toda la sociedad y que “la metrópolis es a la multitud lo que la fábrica era a la clase obrera industrial” se deduce su apuesta política: ' es la necesidad de instituir y administrar la riqueza común y ampliar las capacidades de producción colectiva y de autogobierno lo que inspira el proyecto político de instituir el común' .

Madrilonia: La Carta de los comunes, 2011.

La web de análisis Madrilonia ha actualizado la propuesta de regulación y propiedad comunal y le ha dado forma en La Carta de los comunes. Un excepcional ejercicio de política ficción del que seguro podremos sacar muchas buenas ideas en la redacción de la Constituyente que esta por venir.

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by @stupidcity